Pese a las obligaciones que deben
cumplirse con la clase trabajadora, los empresarios se las arreglan para
burlarse y esquivar sus responsabilidades, tal como ocurre con las afiliaciones
al IESS.
En el presente editorial trataremos de
plantear y responder varias interrogantes, de esa manera aportamos con la tarea
de generar conciencia, de exigir respeto a las condiciones humanas e impulsar
la erradicación de la explotación en todas sus formas.
¿Cuánto paga un empresario bananero a un
trabajador de campo? Se conoce que muchos no llegan a diez dólares diarios, y
esto cuando se realizan faenas de corte. O sea, un trabajador a la semana rara
vez llega a cincuenta dólares o más. Con ese dinero nadie sobrevive.
¿Es verdad que la comida que les brindan
en las haciendas a los trabajadores es mala? No es una invención, pero muchos
trabajadores lo han afirmado en sus voces discretas, la comida es pésima. Es
más, no faltan quienes la comparan con aquella que se le sirve a los chanchos.
¿Qué de cierto de las tiendas y los fíos
con los respectivos intereses de recargas? Esta es otra forma de esclavizar,
los fíos son interminables, los intereses también, de esta manera cada semana
se aseguran ciertos empresarios bananeros de que su dinero quede en su
hacienda, al igual que el sudor y los pulmones del trabajador, de aquel que en
muchas ocasiones desconoce desde las vacaciones hasta los décimos.
¿Por qué no existe un control de las
autoridades del IESS y del Ministerio del Trabajo? Por diferentes factores,
entre ellos los compromisos, de cualquier índole. Y esto no es un secreto, los
periodistas como los sacerdotes, los médicos y los taxistas, debemos cumplir
con el derecho de preservar la fuente, de esa manera se la protege, caso contrario
los despidos serían masivos y los enjuiciamientos numerosos.
¿Hasta cuando nuestra clase trabajadora
campesina padecerá de los abusos de los patronos? Hasta que algunas autoridades
y mandos medios de ciertas instituciones sean cambiadas por el actual gobierno,
caso contrario el tráfico del dolor, de la esclavitud y la explotación seguirán
regándose con el sudor de quienes dejan sus pulmones y sus vidas en las
plantaciones de banano, ante los gritos de los capataces y las amenazas de los
empresarios, que sin el mínimo de escrúpulo insultan y ofenden a quienes con
sus esfuerzos contribuyen con sus enriquecimientos.
¿Qué tan confiables son las
verificaciones que hace cierto personal del IESS en las afiliaciones de los
trabajadores por parte de ciertos usureros dueños de bananeras? No lo sabemos,
pero la incursión de un personal de este medio de comunicación a una compañía
bananera en Los Ríos nos devolvió a la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario